El manteamiento integra un plan de acción integral, en donde acciones primarias y secundarias se combinan para alcanzar mejores resultados.
En él se pueden medir los valores de algún equipo, reemplazar alguna pieza o evaluar las instalaciones. También es posible asesorar en la compra de nuevos elementos, realizar historiales de mediciones e inventarios de repuestos y suministros.
El mantenimiento puede ser predictivo, programado, preventivo, correctivo o rutinario.
Los más utilizados son los preventivos, aquéllos que ya están programados, y los predictivos; en éstos no es necesario cortar el servicio y sirven para mejorar la operatividad de los equipos.
Los profesionales resaltan que esas acciones son efectivas siempre y cuando se realice por mano de obra capacitada, se cuente con recursos y se siga un estricto apego a las normas.
Tipos de mantenimiento:
- Mantenimiento rutinario: Se realiza diariamente y consiste en una serie de tareas elementales, como la toma de datos, inspecciones visuales, limpieza, lubricación, entre otras.
- Mantenimiento correctivo: está orientado hacia la consecución de cero accidentes, cero fallas y cero defectos. El objetivo es alcanzar la calidad total y la mejora continua.
- Mantenimiento programado: en él se establecen las tareas de arreglo, reparación y sustitución.
- Mantenimiento preventivo: determina los elementos que serán motivo de inspección. Se evitan fallas a futuro y se ahorra dinero.
- Mantenimiento predictivo: se anticipa la falla por medio de un seguimiento para predecir el comportamiento de una o más variables de un equipo. Se basa en un proceso de mediciones.