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¿Cuál es la diferencia entre grupos electrógenos de gas natural y diesel?

La experiencia internacional indica que una de las formas más rápidas y económicas de superar una situación energética crítica es racionalizar y hacer más eficiente el consumo y también que, en general, es más barato ahorrar una unidad de energía que producirla.

Así es como el Uso Racional y Eficiente de la Energía se convierte en un protagonista fundamental de las matrices energéticas de los países desarrollados y de muchos países en vías de desarrollo, ya que es una “fuente de energía abundante”, de bajo costo y que no contamina.

El Uso Racional de la Energía minimiza el consumo energético actuando adecuadamente en la forma de operar las instalaciones, ajustando los niveles de los servicios energéticos (temperaturas, niveles de iluminación, velocidades, entre otros.), y controlando el encendido y apagado para activar sólo cuando es necesario. Es una forma de actuar sobre la conciencia y el comportamiento de las personas.

Por otro lado, el Uso Eficiente de la Energía proviene normalmente de las innovaciones tecnológicas que permiten ser más eficientes, disminuyendo el consumo energético para proveer un servicio. El caso típico es el reemplazo de las lámparas incandescentes por las fluorescentes compactas.

Numerosos ejemplos en el mundo ilustran que es posible tener un crecimiento económico importante y, al mismo tiempo, mantener y aun disminuir el consumo de energía, adoptando medidas de uso racional y eficiente.

El límite climático introduce entonces, el concepto de “suficiencia”, que cuestiona cuánto necesitamos realmente para satisfacer nuestras necesidades. Concepto según el cual las políticas deberían limitar el consumo energético a un valor absoluto más allá del cual no se puede exceder por tamaño ni funcionalidad.

La eficiencia energética permitiría aumentar las funciones disponibles en los dispositivos o tamaños pero quedando debajo de ese umbral.

Este límite también establece a nivel mundial que las acciones concentradas en los países desarrollados no son suficientes, ya que el gran motor económico de las próximas décadas serán los países en vías de desarrollo. Así, todos, por compartir el planeta debemos efectuar cambios y realizar esfuerzos en la medida de nuestras posibilidades, más aún cuando estas opciones son económicamente beneficiosas.